Para contabilizar la cantidad de insectos que habitan en el cafetal antes de implementar el corredor polinizador, a los seis meses y al año de haber sido sembrado para medir el impacto en la biodiversidad de cada predio.
Para atraer animales polinizadores y visitadores de acuerdo a las condiciones climáticas y de altura en cada predio, teniendo en cuenta que sean melíferas y hospederas y que ayuden con el control biológico de plagas.
Para mantener el corredor saludable y entender los ciclos biológicos del cambio que se está realizando en el ecosistema del cafetal, además de capacitar en prácticas limpias, abonos orgánicos y control biológico.
Construimos viveros en cada finca para hacer resiembras, sacar esquejes a las plantas del corredor y así generar nuevo material vegetal para evitar gastos adicionales al productor.